jueves, 23 de agosto de 2007

Bocanada de aire fresco

Verano del 2007, uno de los peores veranos de mi vida. No, no es que de repente me haya vuelto fatalista; tampoco es que el mundo se haya puesto en mi contra y me haya ocurrido alguna desgracia, es más bien ver cómo tu vida se empieza a desmoronar ladrillo a ladrillo sin que te des cuenta, y de repente un día ves que de tu casa no quedan más que escombros. Poco a poco veo como la argamasa que sujetan mis cimientos se va pudriendo.

Madrid, todo el verano en la ciudad de las ánimas sin rumbo. Puede que estar todo un verano en tu ciudad no sea lo peor que te pueda ocurrir; total, existen miles de formas de divertirse… pero no, mi Madrid no es el Madrid que conocía. Los amigos, sí aquellos de siempre, cada vez nos vemos menos y menos, si yo pensaba que el verano iba a servir para arreglar un poco la situación y vernos más a menudo la realidad es que ha sido más bien para todo lo contrario. La relación cada vez es más y más lejana, puede que sigamos teniendo confianza los unos con los otros, pero siento que no es como antes, veo que llegará un día en que ya apenas nos saludemos siquiera.

Universidad, sí, puede que este año sea uno de los que más hayamos estrechado lazos los unos con los otros, pero lejos está de ser un grupo íntimo. Cada persona tiene su “verdadero” grupo de amigos fuera de la facultad. No digo que nos llevemos mal, ni mucho menos, puede que salgamos de fiesta y todo ese rollo, pero no es el grupo de amigos donde vayas a contarles tus problemas mientras te tomas un café; eso lo echo en falta. También he de hacer un inciso, y es que he de decir que al menos con dos de ellos si me puedo considerar algo más acercado, aunque quizás eche de menos ver alguna película que otra más con ellos.

Puede que mi única solución sea el amor, aunque lejana faceta veo yo ésta. ¿Soy exigente? Eso dicen, aunque no, la realidad es que ya apenas se ven personas decentes. Sé que existen, pero es tan difícil encontrarlas que muchos ya piensan que no existen. Quizás debería hacer como la mayoría y arrejuntarme con una persona por la cual sienta afecto para compartir experiencias juntos, a la gente dice que le llena. Por desgracia soy una persona que siempre ha creído que para estar con una persona has de amarla.

Grano a grano, por algún lugar del camino el montón de arena ha ido desapareciendo, cruda realidad mayor que ver como de repente todo se te viene en cima, pues ahí al menos eres consciente de lo ocurrido y puedes poner remedio a tiempo.
Estoy deseando que llegue octubre y romper un poco con todo esto.

Saludos si es que existe algún lector que me lea.

3 comentarios:

Anónimo

No soy persona de grandes frases, para eso ya estan los genios, por eso no te puedo decir algo que alivie tu sufrimiento, pero no desesperes, la vida tiene momentos mágicos y muchas veces donde no te los esperas.
No te sientas solo...no lo estas. Sigue luchando, no te rindas nunca Pablo, que eres un luchador.

Confiar en todos es insensato; pero no confiar en nadie es neurótica torpeza.
Juvenal (67-127) Poeta romano

Eneas

Muchas gracias, ahora mismo no se quien eres pero me encanta la frase que has puesto de Juvenal :)

Anónimo

Todo esto que cuentas me suena familiar...vivimos en una etapa de cambio de valores que nos lleva a muchos a un vacio, una anomia, que se traducen en esa desazón que bien describes. Lo más sensato, no pensar mucho, más que nada por salud mental y ooole´por la frase de Juvenal! ;) Un saludo